viernes, 1 de febrero de 2008

Bachué

La laguna de Iguaque fue la cuna del género humano para los chibchas, según la tradición, en el amanecer de los tiempos surgió de aquella laguna una mujer llamada Bachué o Furachoga, que quiere decir mujer buena, con un niño de tres años en los brazos. Bajaron a lo llano en donde vivieron hasta que el niño tuvo edad para casarse con Bachué. Efectuado el matrimonio comenzaron a poblar la tierra de hijos viajando de una parte a otra. Viejos Bachué y su esposo regresaron a la orilla de la laguna, convocaron a los habitantes de la región, después de sentida plática de despedida y de copioso llanto de su numerosa prole Bachué y su esposo, convertidas en dos inmensas serpientes, se sumergieron en las aguas. Desde entonces Bachué es considerada como la diosa madre de los chibchas. Pertenece esta creencia al rito lunar, en el cual Bachué es considerada diosa de la noche, dispensadora de la fertilidad y la abundancia.

Iraca y Ramiriquí

Según una leyenda indígena en el principio y en medio de la oscuridad, no existían sino los caciques de Sogamoso y su sobrino el cacique de Ramiriquí, quienes comenzaron a formar a los hombres de tierra amarilla y a las mujeres de hierbas y de tallos huecos y verdes. Después de esta faena el Sogamoso ordenó a su compañero que fuese a las alturas para que, convertido en sol, iluminase el mundo, pero observando que esa luz no bastaba para alumbrar la noche, se convirtió él mismo en el disco de la luna. Esta versión de Iraca y Ramiriquí como origen de los hombres corresponde al ciclo de la divinidad lunar. A partir de este mito los indios de Iraca o Sogamoso, celebraban en el mes de diciembre grandes festividades como conmemoración ritual. En las tradiciones indígenas recogidas por los cronistas de la época colonial es de notarse que ya en ellas aparecen mezcladas las nuevas ideas religiosas que les enseñaban los doctrineros.

jueves, 31 de enero de 2008

Chiminigagua

Una de las más hermosas leyendas religiosas del pueblo chibcha, es la referente a Chiminigagua, el ser supremo de su concepción religiosa. Según la mitología muisca, este dios creó unas aves negras que lanzadas al espacio comenzaron a arrojar luz por sus picos, iluminando así el mundo. Los indígenas no figuraron ni esculpieron a sus dioses, como tampoco lo hicieron los judíos. Si se conserva una descripción de Bochica, por ejemplo, fue porque a éste no lo consideraron como a un dios, sino como enviado de la divinidad, Chiminigagua.